Es una
amiga como pocas. Es una ofrenda de la vida, un privilegio del que no todos
podemos disfrutar.
Media
vida compartida pasó por mi cabeza como si de una película se tratase, una
película que en aquellos momentos superaba la ficción. Es curioso como valoras
la vida de las personas cuando un día descubres que las puedes perder. Que
pueden viajar a otro mundo más rápido que el chasquido de una hoja seca en
otoño. Y consiguió superarlo, porque es fuerte y luchadora. Consiguió escapar,
porque ama la vida a pesar de sus adversidades. Y yo respiré tranquila, pude
respirar. Si ella se iba, la mitad de mi vida compartida se hundiría en el
olvido para siempre, si ella se iba, me dejaría una herida difícil de sanar.
Y
entonces lo entendió, quizás siempre lo había entendido, pero no se había
parado a pensarlo. Es importante vivir con tanta intensidad que cada momento te parezca especial. Observar el
mundo y la vida en positivo, porque no tenemos otra para sentir. Poder disfrutar
del aire, la naturaleza, los animales, la sociedad. Poder disfrutar de todo, porque
estamos vivos y podemos sentirlo.
Juventud
perdida en el horizonte que ambas hemos sabido vivir. Juventud perdida que
quisiéramos retener en un puño como si de una perla se tratase. Juventud dorada
que aún conservamos en un álbum de fotos para detener el tiempo. Tiempo de
colores, como el arco iris, como tú en tus mejores momentos.
Nos
hemos transmitido, alegrías y miserias, penas y amores…Los amores, amores que
duelen, amores que se volatilizan sin dejar huella y otros que se quedan
grabados en tu alma como un dulce recuerdo.
Y tu
búsqueda infinita de esa pieza del puzzle con la que a veces sueñas, de ese
puzzle que forma tu vida. Búsqueda incansable que cuando has tenido te ha hecho
tocar el cielo con las manos, te ha hecho sonreír, te ha hecho vibrar. Y esa
pieza que del cielo baja y se posa en tus manos, a veces durante años y a veces
fugaz como una estrella. Esa pieza que unos tenemos y otros buscamos, unos
mantenemos y otros soportamos, unos disfrutamos y otros nos apasionamos. Esa
pieza que a veces buscas y no encuentras, encuentras y pierdes, la encuentras
cuando no debes o encuentras y mantienes. Esa pieza que a veces no sabe uno
donde está porque simplemente es una fantasía.
El
puzzle de tu vida está completo, busca la
felicidad dentro de ti misma, porque esa pieza
es una ilusión, es un espejismo. Y la magia de la vida nos la da y nos la quita.
Y la magia de la vida te la volverá a dar, cualquier día. Pero, no hay que
olvidar, que nada es eterno, como la vida.
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