Tumbarse
al aire libre, de noche, mirando al cielo. La belleza de una oscuridad
iluminada por miles de estrellas. La sensación de sentirse pequeña y grande al
mismo tiempo. Pequeña ante la presencia de un gran universo y grande por poder
sentir lo que siento. A veces, me gustaría poder tocar el cielo, privilegio de
dioses inventados que todo lo pueden. Entornar los ojos y coger la luna con las
manos, como cuando era una niña. Perder la noción del tiempo y formar parte del
universo por unos momentos. Soñar que la vida es eterna y yo podré seguir
sintiendo esto.
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