jueves, 13 de junio de 2013

El ser humano


Emanan del ser humano sentimientos continuos que a veces lo hacen más persona y a veces lo hacen más animal.
Sentimientos que pueden maltratarnos o sublimarnos a un mundo de felicidad.
Sentir que te falta el aire, el pecho oprimido y el alma partida, como si de un cristal se tratase.
Amanece y el día te parece nublado, porque está nublado en tu interior.
Amanece en tu interior cuando eres feliz. El brillo de tus ojos ilumina tu rostro dándole frescor. Un arroyo de sensaciones te limpia por dentro y te hacen receptiva a todo lo que ves. La ilusión, la alegría, te hacen disfrutar de un mundo maravilloso, de una vida demasiado corta que quisieras eternizar.
Es el ser humano tan perfecto, que también tiene algo de animal.
Un ataque a la persona, una herida en el alma y es suficiente para encender una mecha que puede no arder. Percibir una injusticia, por la que crees que debes luchar…Y luchar hasta perder las fuerzas porque seas un abanico abierto y no te puedas cerrar.
Deseando sentirse animal, porque el animal no piensa, es instintivo, espontáneo, libre de hipocresías…Es simplemente animal.

Cuando vuelves a ser persona, te planteas, si es bueno ser persona, si es bueno ser animal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario