sábado, 11 de mayo de 2013

DESPEDIDA



Era un día de primavera sereno y tranquilo. Los pájaros cantaban y las hojas de los árboles se mecían levemente derrochando su  belleza natural. Era un día precioso, divino, tan bonito que nada me hacía pensar que ese mismo día tendría mi primer encuentro con la muerte.
Horas antes, había hablado con él, sus palabras eran firmes, serenas, su cara no reflejaba ningún gesto de miedo o emoción que me hiciera pensar que tenía miedo a la muerte. Se despedía con tal serenidad que todo parecía fácil, natural…Yo, no hablaba, sólo asentía con la cabeza pensando si sería la última vez que lo escuchara…Y así fue, nunca lo volví a ver, o al menos, no como yo lo conocía.
Su cuerpo yacía sobre la cama hierático, como una caja vacía, como una flor sin aroma, como lo que era, un cuerpo sin vida. Ahora más que nunca me aferraba a la idea de querer creer en el más allá, pero por más que lo intentaba, solo me venía una idea a la cabeza, ha desaparecido para siempre.
Alguien me dijo un día, que una persona no muere mientras exista alguien que la recuerde…Cuando llega la primavera, lo recuerdo con cariño y pienso en él, para que nunca muera. 

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