No existen
días especiales. Los creamos con nuestra mente, nuestra imaginación.
Después
del día llega la noche y tras la noche llega el amanecer. A todo ser vivo después
de la vida le llega la muerte y tras la
muerte la nada. Así es la vida si la dejamos pasar sin hacer nada para
cambiarla, rutinaria.
Evito
la rutina en mi vida porque es aburrida, inerte y vacía. Me gusta la vida
activa, cambiante, divertida. Disfruto de cada momento, cada día, cada
instante, porque vida no hay más que una y hay que saber vivirla. Soy feliz
porque amo la vida con todo mi ser, porque la siento dentro de mí y eso me da
energía. Soy un volcán de emociones, de ideas, de ilusiones…
Me
motiva una sonrisa, una palabra, un gesto, un perfume, un objeto… porque estoy
aquí de paso y no quiero perderme nada.
No
existen días especiales, los días especiales están en nuestra manera de
percibir la vida, están donde nosotros queramos encontrarlos.
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