martes, 4 de diciembre de 2012

EL HOMBRE QUE TENÍA MAGIA EN LAS MANOS



Un día conocí a un hombre muy especial, diferente, era un hombre que hacía magia con sus dedos...
Ausente, abstraído, sereno, a veces distante, a veces cercano, inserto en un mundo silencioso lleno de misterio, parco en palabras, frases directas y concisas… Pero lo más curioso era su habilidad para crear.
Un lápiz, un bolígrafo, una tiza, cualquier cosa  servía para crear con varios trazos una interpretación de la realidad, una imagen fiel, una ironía de la vida…Y creaba con tanta naturalidad que todo parecía fácil si él lo hacía con sus manos.
No creía en Dios, siendo él un Dios del lápiz, un Dios de la tierra con los pies en el suelo, que creaba cosas que podemos ver y tocar.
Su manera de mirar era diferente, sabía observar con profundidad,  captar el alma de las cosas, el detalle más preciso, la forma, el color, el tamaño, la luminosidad…Veía más allá que los demás porque sabía crear…
Tenía un envidiable don, tenía magia en sus dedos, y su magia le hacía dibujar.

                                                                                Judit Nievas

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